Siempre ha habido personas que están conectadas a nivel espiritual con su entorno, y de diversas formas: son sensitivas, perciben la Naturaleza, a la gente que los rodea, así como las energías y entidades que fluyen en este u otros planos de la Vida.
Tengo la suerte de conocer algunas de estas personas, que han heredado su conocimiento de generación en generación. Y también conozco personas que gracias a su trabajo personal, a la búsqueda de su camino y a la sensación de querer recuperar algo perdido sienten el mundo de esa misma manera. Tengo el gusto de trabajar con. estas otras personas que se instruyen poco a poco con toda libertad, escribiendo su propia historia.
Nuestra fuente es nuestro corazón, de donde nace la vocación para iniciarnos en este camino. Y al igual que en muchos otros caminos espirituales es necesaria la fe, la cual encontramos dentro de cada uno de nosotros.
Pero en este camino creer no es suficiente; Es necesario estudiar, practicar y meditar para alimentar el Alma. Trabajar para lograr momentos efímeros de equilibrio que te hacen sentir en paz contigo y ser capaz de seguir adelante.
En fin, solo deciros que la magia es hermosa, sutil y muy fuerte si crees en ella y en ti mismo. Si al leer esto consideras que este puede ser tu camino o sientes curiosidad, adéntrate sin temor. Te invito a ponerte en contacto con nosotras y a aprender el Arte de la Brujería en la Escuela Ecos del Norte, con un equipo de personas increíbles que aman y viven este camino.
Para más información: En Vitoria: Mónica Fernandes Salvador En Burgos: Susana Urbaneja Corte.
Este año volvemos en septiembre con una nueva edición del curso de iniciación a la brujería.
Este nuevo curso con una novedad que no te dejará indiferente: abrimos inscripciones para ADOLESCENTES. Si tienes entre 14 y 17 años y cuentas con la autorización de tus padres o tutores, no lo dudes, este es tu momento.
Y si tienes dudas de si este es ti curso, pasate por la Celtic Spirit en la calle gorbea n° 5 o llámanos por teléfono, estaremos encantadas de aclararte cualquier duda que tengas.
– Comenzamos el domingo 19 de septiembre de 10:00 a 18:00.
Y si tienes más de 17 años, este también puede ser tu curso, a partir de septiembre en dos modalidades diferentes:
– 1 día a la semana, los miércoles de 19 a 20:30 (comenzando el 8 de septiembre)
– 1 sábado al mes de 10:00 a 18:00 (comenzamos el 18 de septiembre)
Durante todo un año transitaremos el camino de la brujería.
Este es un curso para cualquiera que quiera profundizar en si misma, en si mismo y en su relación con la naturaleza y con todo aquello que nos rodea desde siempre.
La luna y sus distintas fases nos guiarán en ese camino de auto-descubrimiento y escucha interna que nos acompaña toda la vida: la luna doncella, la luna madre y la anciana sabia, sin olvidarnos de la luna reina, esa fase que a veces nuestra sociedad olvida honrar, en la que una mujer es plenamente consciente de su poder y de cómo usar este.
Aunque la luna y su ciclicidad nos hablan de la mujer y sus ciclos, también los hombres tienen un vínculo especial con la luna y su energía. Por lo que si te lo estabas preguntando, este también es un curso para ti, si eres hombre.
La rueda estacional irá marcando el ritmo de los elementos y de nuestro trabajo con ellos.
El trabajo con la rueda estacional y los sabbat, nos invitan a conectar con la energía del sol, y con sus ciclos. Los ciclos de la naturaleza marcados por la luz o por la falta de la misma.
Trabajaremos también con aceites esenciales, con plantas, símbolos mágicos y mucho más; potenciando nuestra magia con todas las herramientas disponibles en nuestro camino.
Si tienes cualquier duda, no te quedes con las ganas y ponte en contacto con nosotras a través del correo electrónico o del número de teléfono.
También puedes escribirnos en los perfiles de instagram o facebook si lo prefieres y te contestaremos por privado.
Mail ecosdelnortemagia@gmail.com En instagram @ecosdelnortemagia En facebook @ecosdelnortevitoria (ecos del norte) Teléfono 678 896 810 (Mónica)
Y no puedo resistirme a dejarte un poema de Ziller titulado “Ser bruja”, que personalmente me encanta. Espero que tú también lo disfrutes.
Un saludo. Espero tener pronto noticias tuyas.
Ser bruja es amar y ser amado. Ser una bruja es saber todo, y nada en absoluto. Ser una bruja es moverse entre las estrellas mientras te quedas en la tierra. Ser una bruja es cambiar el mundo a tu alrededor y a ti mismo. Ser una bruja es compartir y dar, mientras se recibe todo el tiempo. Ser bruja es bailar y cantar, y tomar las manos del universo. Ser una bruja es honrar a los dioses, y a ti mismo. Ser una bruja es ser magia, no solo realizarla. Ser una bruja es ser honorable, o nada. Ser bruja es aceptar a otros que no lo son. Ser una bruja es saber que lo que sientes es correcto y bueno. Ser bruja es no dañar a nadie. Ser bruja es conocer los caminos de la antigüedad. Ser una bruja es ver más allá de las barreras. Ser bruja es seguir a la luna. Ser bruja es ser uno con los dioses. Ser bruja es estudiar y aprender. Ser bruja es ser maestra y alumna. Ser bruja es reconocer la verdad. Ser una bruja es vivir con la tierra, no solo sobre ella. ¡Ser una bruja es ser verdaderamente libre! Ziller
Las practicantes de la magia saben que lo que diferencia lo físico de lo no físico se debe a nuestras limitaciones como seres hechos de materia.
Algunas de las herramientas más utilizadas en la práctica de la magia son no físicas. Y podríamos decir que las tres más efectivas son la música, la danza y los gestos.
Escribir y crear arte puede ayudar a liberar tu mente consciente y a enfocar tu concentración para el trabajo de la magia.
Las técnicas utilizadas para elevar el poder, alterar la conciencia y unirse con la Diosa y el Dios, a menudo son parte del ritual. Incluso los ritos más efectivos y poderosos se pueden llegar a lograr usando meros gestos. He visto a brujas aclamar al elemento aire con tan solo extender sus manos al cielo, o simplemente diciendo palabras tan simples como “Aire, ven a mí”.
Honramos la danza y la música como uno de los primeros actos mágicos y religiosos. Ya que desde los tiempos más remotos, los practicantes de la magia han usado color, ritmo, gestos hechos con las manos y posturas corporales para expresar sus intenciones mágicas y traer al plano de lo físico aquello que representaban.
El ritual dispone una serie de movimientos específicos, manipulación de objetos (herramientas) y una serie de procesos internos, que están diseñados para producir los efectos deseados.
Para muchas de nosotras, los rituales son ceremonias que celebran y fortalecen nuestras relaciones con la Diosa, con el Dios y con la Tierra.
Un simple rito puede consistir en un celebrante solitario que enciende un fuego y que canta nombres sagrados mientras observa la salida de la luna.
El baile eleva nuestra energía, libera nuestras inhibiciones, conecta el cuerpo físico con la tierra y crea un sentimiento de encontrarnos «entre planos» donde cualquier cosa puede suceder y la creación se vuelve ilimitada.
Es la alquimia de todo: la alegría, el placer, la conexión con el cuerpo y el espíritu, lo que hace que bailar sea el mejor ejercicio de brujería. Un acto de rebelión espiritual.
Todo en el mundo material está hecho de vibración, como siempre han dicho los místicos, tal y como lo confirma la física cuántica a día de hoy.
El mundo material es resonante. Los objetos tienen frecuencias que pueden ser detectadas como ondas de sonido.
Cuando cantas cantos y canciones mágicas, cantos y canciones antiguas, vinculas tu intención a las vibraciones de tu voz, las vibraciones que envías a este mundo siempre vibrante, son recibidas por el eco de tu voz en el mundo material e inmaterial que te rodea.
Haces que el canto o la canción vibren con tu propia voz. Una voz, una vibración, que nadie tiene más que tú; es como tu huella dactilar o tu ADN. Nadie tiene exactamente esa vibración de voz. Nadie canta exactamente como tú. Nadie vibra como tú.
Así que la intención mágica envuelta en el canto o la canción se liberan en tu mundo, allí donde estás y necesitas que esta intención suceda para ti.
Piensa en la palabra «encantamiento».
¡El canto y la magia están unidos incluso en las mismas palabras que usamos!
Los gestos son las contrapartes silenciosas de las palabras. Los gestos nos ayudan a mejorar los rituales cuando se realizan junto con invocaciones o bailes, o también se pueden usar solos por su poder real.
El significado mágico de los gestos es complejo, y se deriva de los poderes de la mano.
La mano puede curar o matar, acariciar o apuñalar.
Es un canal a través del cual las energías se envían desde el cuerpo o se reciben de otras manos, de otros cuerpos.
Nuestras manos levantan nuestros altares mágicos, agarran varitas mágicas y apagan las llamas de las velas al concluir los ritos mágicos.
Las manos, como el medio por el cual la mayoría de nosotros nos ganamos la vida, son un símbolo del mundo físico.
En sus cinco dígitos se encuentran el pentagrama, el Tetragrama, el símbolo mágico protector supremo; la suma de los cuatro elementos junto con Akasha, el éter, el espíritu, el poder espiritual del universo, se dan cita en cada una de nuestras manos.
A la espera de que los usemos, a la espera de que tomemos conciencia de ellos, de que no solo están a nuestro alrededor y en nosotras, sino que también hay partes de nosotras como son las manos, que pueden trasladar esta alquimia elemental más allá de nuestro cuerpo físico.
La diosa se puede invocar individualmente con la mano izquierda, el pulgar y el primer dedo levantados y curvados en un semicírculo, mientras que el resto de los dedos están contra la palma. Esto representa la luna creciente.
El dios se invoca con los dedos índice y medio de la mano derecha levantados, o con los dedos primero y cuarto arriba, el pulgar sosteniendo los demás contra la palma, para representar cuernos.
Los elementos pueden invocarse con gestos individuales al aproximarse a las cuatro direcciones:
Una mano plana sostenida paralela al suelo para invocar a la Tierra en el Norte;
Una mano levantada, con los dedos separados, para invocar Aire en el Este;
Un puño levantado para que el Sur invite al Fuego,
Y una mano ahuecada hacia el Oeste para invocar Agua.
Los gestos se usan en la magia junto con la visualización. La mano puede ser la que se utiliza para dirigir la energía o invocarla. Los gestos son herramientas mágicas tan potentes como cualquier otra, aquellas que siempre podemos llevar con nosotros, para usar cuando sea necesario.
Antes de que existiera el tiempo, antes de la creación de la Tierra, antes de los humanos, estaba el “Todo”.
El Todo existía en silencio, en quietud, en armonía. El Todo es tanto femenino como masculino. Ninguna parte es mayor que la otra.
De la unión de las partes iguales del Todo llegaron las semillas de la vida. La diosa y Dios eligieron los símbolos físicos para recordarnos su presencia.
La diosa eligió la luna, luminosa, radiante y tranquila, pero cambiante.
El dios escogió el sol, ardiente, fuerte y brillante, pero estable.
DIOSA DE LA TIERRA, DIOSA DE LA LUNA.
La diosa, esencia de lo divino femenino asociada tanto con la Tierra como con la Luna.
Como la Madre Tierra, ella representa la energía física de la tierra que permite que toda la vida eche raíces y prospere. Su energía es nutritiva, tierna y flexible, ya que hace posible la manifestación de todo cambio.
Es madre y compañera del Dios, sus ciclos de siembra, crecimiento y muerte hacen que la Rueda del Año gire, limpie lo viejo y produzca lo nuevo en la cocreación eterna con el Dios.
En su aspecto Lunar, la Diosa gobierna la noche, las mareas oceánicas, los ciclos reproductivos de las mujeres y la psique humana relacionada con la emoción y la intuición, la sabiduría que proviene de la interacción con nuestro lado oscuro.
La Luna tiene su propio ciclo único en relación con la Tierra. Lo conocemos como la fases de la Luna.
Estos aspectos cambiantes son conocidos como la Doncella, la Madre, la Reina (pre-anciana) y la Anciana, y cada función corresponde a una fase lunar (creciente, llena, menguante y nueva), así están representadas las cuatro etapas de la vida de cada mujer.
EL DIOS CORNUDO Y EL DIOS SOL.
La otra mitad de la deidad es la masculina, el Dios de la fuerza vital que todo lo abarca. Representa los animales del bosque y el Sol. Es el dios de la caza, pero al mismo tiempo protege a los animales en la naturaleza, asegurando el delicado equilibrio de la vida en la Tierra.
La otra asociación del Dios es con el Sol, cuya luz es necesaria para el crecimiento de toda la vida.
Muchas culturas antiguas adoraban a un Padre del Cielo y a una Madre Tierra. La rueda del año gira en torno a la relación cíclica entre el Dios como el Sol y la Diosa como la Tierra, con el Dios muriendo cada otoño y renaciendo cada primavera, creciendo fuerte durante todo el verano para morir nuevamente. Haciendo eco de los ciclos de crecimiento de la vida vegetal en la naturaleza.
En la brujería, rendimos homenaje a la Diosa y al Dios, como manifestaciones del Todo. Pero en la magia de trabajo, puedes elegir diferentes aspectos de las deidades con las que trabajarás. Incluso puedes elegir con qué aspecto de la deidad trabajar, ya que todas las deidades, de todas las culturas son vistas como diferentes aspectos del Todo.
Entonces, el Todo, la Diosa y Dios, están presentes en todos los seres y en todas las cosas.