Mi forma de ver y entender las runas es que pueden sernos muy útiles para manejar mejor el estrés con el que vivimos en nuestra sociedad y afrontar los obstáculos que se nos presentan a lo largo de nuestra vida.

Las runas son símbolos que contienen la energía de toda la naturaleza. Cuando las usamos, esa fuerza entra en comunicación directamente con nuestro ser interno para lograr un equilibrio físico, mental-emocional y espiritual. Estos símbolos están impregnados de los flujos de la naturaleza: todo en ella es nacimiento, crecimiento, madurez, muerte y renacimiento. Todo es una constante de cambio y transformación.

Las runas no están sujetas a creencias religiosas. Sus ideogramas pertenecen a la humanidad. Yo las veo más como una herramienta que nos ayuda a entender mejor nuestras complicaciones internas, las mentales y emocionales, dándonos más claridad.

La filosofía Nórdica es compleja pero sencilla a la vez. Su creencia más profunda es que el ser humano es parte de la naturaleza. Así todas sus costumbres, prácticas y creencias giraban alrededor a los ciclos de la naturaleza, respetando su entorno y fluyendo con los ritmos de la tierra.

Trabajar con las runas es destacar que es importante conocernos y reconocernos, llevando a cabo los cambios necesarios para sentirnos en paz y vivir en armonía con el mundo nos rodea.