
«Nuestra compañera Bego Salem, nos conduce por un viaje terrorífico e histórico sobre la caza de Brujas, una oscura visualización que despierta en mí una empatía en la historia. Incluso delante de mis hijos me vi desbordada por la emoción, se me caían las lágrimas entre la tristeza y la rabia. Con cierta sensación incluso, de haberlo podido sentir en mi propia piel, en mi propia carne y por más veces que cerraba los ojos, esas imágenes me venían de vuelta, esa injusticia, ese sufrimiento, de tantas y tantas mujeres, de tantas y tantas hermanas muertas, torturadas, asesinadas solo por el hecho de ser mujeres, de ser sanadoras, de ser diferentes.
Acaba la clase y ya escribiendo estas líneas la tristeza deja paso al orgullo, a la esperanza y a la ilusión de seguir ese legado heredado de esas grandes mujeres, nuestras ancestras, de seguir esos pasos en el mundo de la sanación, del acompañamiento o conocimiento de los recursos que nos da la Tierra y el propio Universo de la Brujería.
Que mi orgullo y mi tenacidad por defender quien soy les llegue a ellas, para su propio orgullo. Y así, sonriendo desde donde estén, vean llenas de satisfacción que aquellas bestias, quemaron solo su carne, porque el espíritu de las Bujas sigue intacto viviendo entre nosotras.»
Reflexión de la clase de iniciación a la Brujería “La gran caza de las Brujas”
Vitoria, viernes 5 de Junio. Texto de Pili, Aprendiz de Bruja.
No puedo dejar de compartir con vosotras este texto desgarrador, que te llega al alma, de nuestra compañera Pili, en su reflexión a la clase que otra compañera nuestra, Bego Salem nos acercó la semana pasada. Una clase que versaba sobre la gran caza de brujas a que se vieron avocadas miles de personas, mujeres en su mayoría.
Me conmueven especialmente las palabras nacidas del corazón que nos hablan de ese orgullo de ser mujer sabia, de la esperanza y la ilusión por seguir el legado que nos dejaron aquellas mujeres; de sabernos poseedoras de ese legado, que somos nosotras quienes debemos empuñar el testigo, tal vez incluso el deber moral de reivindicar aquello que otras no pudieron.
Puede que este sea su legado: la posibilidad de alzar la voz y proclamarnos como brujas, aprendizas de bruja, mujeres sabias en contacto consigo mismas y con su entorno, con la naturaleza que siempre nos ha acompañado por mucho que hayan pasado los siglos.
Gracias Pili por unas palabras tan profundas, nacidas del corazón. La que lloraba hoy era yo al sentir la emoción en tus palabras.
Y gracias a ti que lees hoy estas palabras y sientes ese mismo orgullo de sentirte capaz de proclamarte como aquello que sientes, aunque tan solo sea ante ti. No es fácil romper siglos y siglos de miedo y ostracismo, es algo que se ha quedado grabado a fuego en nuestras entrañas y que poco a poco hay que ir limando. Estamos en el camino.