Las cosechas están recogidas… el otoño ya se está pasando.
Pronto el velo entre mundos será más fino…el día de los muertos está muy cerca.
¡¡Samhain está llegando!!
Los campos están desnudos. Las hojas de los arboles caen. El cielo es más gris y los días más cortos y fríos. Es la época del año en que la tierra se retrae y duerme.
Cada año, el 31 de octubre y los dos días que le siguen celebramos Samhain. Este es el momento en que el velo entre nuestro mundo y el reino espiritual es más delgado, perfecto para honrar la memoria de nuestros ancestros.
Esta fecha es conocida por la mayoría de las personas como Halloween o Todos los Santos. Pero para los que seguimos las viejas tradiciones es Samhain, una de las ocho celebraciones sagradas anuales o “Sabbats”.
La palabra Samhain (pronunciada “sow-en”) proviene del gaélico “Samhuin”, y viene a significar “el final”. Así, en el mundo celta este rito señalaba y señala el final del año y anuncia uno nuevo. Es el Año Nuevo Celta.
Si has perdido un ser querido a lo largo de este año, esta es la noche perfecta para celebrar su memoria. Una forma de hacerlo es colocar en nuestro altar la foto de la persona que queremos honrar o alguna pertenencia personal suya. Podemos decorarlo con una calabaza, hojas secas o bellotas. Las runas que trabajan esta fecha son Wunjo, Sowelu y Dagaz. Y los minerales son Cuarzo Hialino, Labradorita y Obsidiana.
Encenderemos una vela luminaria diciendo en voz alta el nombre de la persona que queremos recordar y dejar que se consuma.