EL REY DEL ROBLE Y EL REY DEL ACEBO. LAS DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA.
Se habla mucho de lo importante que es la Diosa en la rueda estacional, pero la diosa también es el Dios, porque uno sin el otro, no existirían. Así que vamos a hablar de la energía Masculina y su papel en la rueda de la vida.
La Rueda del Año está regida por dos arquetipos, la del Rey del roble y el Rey delacebo, que son dos representaciones de cómo crece y mengua la luz del sol a medida que cambian las estaciones anualmente, los dos arquetipos se turnan durante el año. A medida que la presencia de uno se hace más patente, la del otro va menguando, hasta llegar a los equinoccios, los dos puntos en los que ambos se encuentran en equilibrio.
A partir de ahí, una vez más, a medida que uno se fortalece, el otro va cediéndole el terreno.
De este modo, nos encontramos con que El rey del Roble reina durante la mitad del año en la que la luz crece, o lo que es igual, durante la primavera y el verano.
Mientras que en la otra mitad de la rueda, en que la luz mengua; el otoño y el invierno, pertenece al rey del Acebo.
Las leyendas e historias nos cuentan que los dos reyes son hermanos, pero que también son rivales. El Rey del roble y al Rey del acebo son aspectos gemelos del Dios, las dos caras de una misma moneda, en constante batalla entre ellos por el amor y la atención de la Diosa, que luchan entre sí.
Esta batalla tiene lugar dos veces al año y la conquista corresponde a uno u otro a medida que cambian las estaciones.
Las fechas en que se gana la batalla van a depender de la tradición. Hay para quienes la lucha tiene lugar en Yule, Ostara o en Beltane siendo el Rey del Roble quien asume el control, la luz vence a la oscuridad. Hay quienes la ven en Litha, Mabon o Samhain donde la oscuridad vence a la luz y el control es asumido por el Rey del Acebo.
Todas sostienen su versión con sentido, destacando que la naturaleza siempre es cambiante en la Rueda del Año y que no hay luz sin la oscuridad: es el contraste entre los dos lo que hace posible a cada uno de ellos. Podría decirse que esta es la lección del Rey del roble y del Rey del acebo, ya que es tradicional, cuando se habla de la leyenda, señalar que ninguno de los dos puede existir sin el otro, la paradoja de la luz y la oscuridad, de la muerte y el renacimiento.
La rueda estacional nos muestra este continuo flujo de energías, esa energía más joven, más ardiente del Rey del roble, la energía más sosegada, más sabia del Rey del Acebo, que ya ha pasado por aquello que aún le queda por experimentar al Rey del Roble.
Será el Rey del roble, quien fecunde a la doncella en Beltane.
Será el Rey del Acebo quien cuide de ella a medida que crece y avanza junto con la rueda estacional.
Uno de los elementos comunes que nos unen a las brujas de todos los lugares y todos los tiempos, es la rueda estacional.
La rueda estacional es aquella que de alguna forma rige la actividad mágica de las brujas. Dentro de esta rueda están lo que podríamos llamar nuestras fiestas, esos momentos en que la naturaleza nos habla de comienzos, de finales y de renovación entre otras cosas y que celebramos en parte con la intención de traer estas energías a nuestra vida y de poder entenderlas.
Estas fiestas son los ocho Sabbat y los 13 Esbat.
Los Esbat son ritos lunares, se corresponderían con el calendario lunar y los celebramos generalmente en cada luna llena. Y los Sabbat son fiestas solares que tienen unas fechas algo más estables, ya que las lunas van cambiando de fecha y los equinoccios y solsticios tienen lugar cada año con una variación de 3 a 5 días en algún caso, pero en las mismas fechas.
Los Sabbat son propios del calendario solar al que estamos más acostumbrados en estos tiempos y se dividen en Sabbat Mayores y Menores.
Los Sabbat menores son los equinoccios de primavera y otoño (conocidos como Ostara y Mabon respectivamente) y los solsticios de verano e invierno (Litha y Yule respectivamente).
Son los equinoccios y solsticios los que caen en un día y hora diferente cada año, siempre entre las mismas fechas.
Ostara à entre 19 y 22 de marzo (Equin. Primavera)
Litha à entre 19 y 23 de junio (Solst. Verano)
Mabon à entre 21 y 24 de septiembre (Equin. Otoño)
Yule à entre 20 y 23 de diciembre (Solst. Invierno)
Los Sabbat mayores tienen lugar en el punto medio aproximado entre los equinoccios y los solsticios. Estos tienen una fecha fija, aunque su energía se sienta más allá del día en cuestión en que los celebramos.
Los nombres y fechas de los Sabbat mayores comenzando por el primero de ellos que sería el 2 de febrero, son:
Imbolc à 2 de febrero (entre Sols. Invierno – Equi. Primavera)
Beltane à 1 de mayo (entre Equi. Primavera – Sols. Verano)
Lughnasadh à 1 de agosto (entre Sols. Verano – Equi. Otoño)
Samhain à 1 de noviembre (Entre Equi. Otoño – Sols Invierno)
La rueda estacional es algo apasionante; cada festividad está regida por su propia energía como ya te habrás imaginado, por su propia diosa, por su propio arquetipo.
Y cada una de estas fiestas nos anima e invita a reconocer cada una de las diferentes facetas que hay en cada una de nosotras, a vivirnos con plenitud, en todos y cada uno de nuestros aspectos como personas y como mucho más.
Te invito a que nos sigas acompañando a medida que profundizamos en cada uno de sus aspectos según vaya avanzando esta rueda, que nunca deja de girar.
* Las fechas de los solsticios y equinoccios en el texto y en la rueda estacional de la imagen no son coincidentes. Esta rueda pertenece a mi libro de las sombras y he puesto las mismas fechas en cada uno de ellos por una cuestión meramente práctica, cuando en realidad cada uno de ellos difiere astrológicamente en uno o dos días de los demás. Aun así, es posible que en cada lugar en el que busques información al respecto de estas fechas, encuentres unas diferentes a las mostradas en este artículo. Sirvan estas fechas como meras referencias. Cuando se acerque la fecha del equinoccio o solsticio en cuestión consulta la fecha y la hora exactas para saber cuándo tendrá lugar el mismo.
Las cosechas están recogidas… el otoño ya se está pasando.
Pronto el velo entre mundos será más fino…el día de los muertos está muy cerca.
¡¡Samhain está llegando!!
Los campos están desnudos. Las hojas de los arboles caen. El cielo es más gris y los días más cortos y fríos. Es la época del año en que la tierra se retrae y duerme.
Cada año, el 31 de octubre y los dos días que le siguen celebramos Samhain. Este es el momento en que el velo entre nuestro mundo y el reino espiritual es más delgado, perfecto para honrar la memoria de nuestros ancestros.
Esta fecha es conocida por la mayoría de las personas como Halloween o Todos los Santos. Pero para los que seguimos las viejas tradiciones es Samhain, una de las ocho celebraciones sagradas anuales o “Sabbats”.
La palabra Samhain (pronunciada “sow-en”) proviene del gaélico “Samhuin”, y viene a significar “el final”. Así, en el mundo celta este rito señalaba y señala el final del año y anuncia uno nuevo. Es el Año Nuevo Celta.
Si has perdido un ser querido a lo largo de este año, esta es la noche perfecta para celebrar su memoria. Una forma de hacerlo es colocar en nuestro altar la foto de la persona que queremos honrar o alguna pertenencia personal suya. Podemos decorarlo con una calabaza, hojas secas o bellotas. Las runas que trabajan esta fecha son Wunjo, Sowelu y Dagaz. Y los minerales son Cuarzo Hialino, Labradorita y Obsidiana.
Encenderemos una vela luminaria diciendo en voz alta el nombre de la persona que queremos recordar y dejar que se consuma.